jueves, 6 de octubre de 2011

Diario Libre y El Día preocupados por miembros FFAA y PN se involucran en hechos delictivos

El crimen uniformado
En la justicia norteamericana hay en proceso varios casos  en los que ha salido a relucir el uso de instalaciones militares por parte de importantes narcotraficantes.
La simple noticia resulta altamente preocupante, pero lo más alarmante es que hasta el momento la ciudadanía no tenga constancia de que por esos usos en la República Dominicana hayan sido judicialmente procesados los responsables.

Sólo se puede concluir que las autoridades han procurado librar a los responsables de sus culpas, porque el simple traslado o destitución ante tan graves hechos no enmienda el mal.
Así no se restablecerá nunca la confianza en los institutos armados.

Cada día los mismos uniformados se encargan de lanzarles lodo a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, y se convierten en un factor adicional de la creciente ola de delincuencia y de violencia que agobia a los dominicanos.

Son pocos los casos  delictivos en los que no sale a relucir un militar o un policía, algunos de ellos con “reincidencia”.

La simple destitución no es suficiente. A los militares o policías delincuentes hay que procesarlos y dejar en el pasado el encubrimiento o “trato diferenciado”, porque son más culpables que otros, ya que han traicionado su misión de proteger a la población. (Editorial de El Dia de fecha 22 de septiembre de 2011)
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En manos de quièn...
Ya no puede ser coincidencia que en cada crimen sonoro haya un policía o militar envuelto, pues como dice el refrán, "un caso es azar; dos, una coincidencia, pero tres es un patrón de conducta".

Que oficiales y soldados o agentes de policía cercanos a los jefes de las instituciones que reprimen el delito, hayan sido captados por los barones de la droga, pone a pensar muy seriamente respecto a los niveles de penetración del narco y de la delincuencia común en las filas de las fuerzas del orden.

Se entiende por qué la gente es tan renuente a detenerse ante una patrulla: ya no se sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos. Hasta los malos recelan de sus perseguidores y prefieren estrellar su vehículo en un lugar vigilado para escapar de una posible muerte a manos equivocadas.

Ya no vale lo de "viene el lobo". El lobo está aquí con nosotros y se va a necesitar de muchas agallas y responsabilidad para limpiar nuestras Fuerzas Armadas y Policía de tantas manzanas podridas. No se puede esperar más.

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